¿Cuántas veces nos hemos encontrado con obstáculos que nos parecen infranqueables? ¿Qué hacemos en tales casos? ¿Cómo enfrentamos dichos retos?
Si vemos el problema como algo físico o palpable, quizá podremos tener mayor claridad, lo cual nos permitirá abordarlo de distintas formas según sea el caso:
- Evitar. Esta opción implica no confrontar la dificultad. Llevar a cabo esto depende de la situación y se podrá aplicar cuando la integridad de uno mismo esté en riesgo.
- Camino alterno. Siempre que sea posible, tendremos que valorar el seguir un camino distinto al que nos llevó el obstáculo principal.
- Resolver. Con esto nos referimos a plantear las opciones de solución que existen sobre la misma línea de actividad. Hay que considerar qué implica en términos de tiempo, esfuerzo, recursos, etcétera. Conviene valorar cada una de las soluciones contempladas y elegir la que mayor probabilidad de éxito tiene.
- Cambio de actividad. Quizá no es posible resolver el problema con los recursos disponibles, por lo cual habrá que valorar el dedicarnos a otra actividad que nos permita seguir avanzando.
- Buscar apoyo. Algunas veces queremos enfrentar los obstáculos solos; sin embargo, cuando no es evidente la solución, lo mejor es acudir a nuestra red de apoyo. Una visión externa, distinta, con experiencia, puede ser lo requerido para encontrar el camino a seguir.
Existen momentos en los cuales varias complicaciones aparecerán, evitando nuestro avance. En estos casos, el buscar apoyo es lo más recomendable. Dado que el nivel de complejidad o dificultad puede superar nuestras capacidades, el hacer equipo con otras personas dispuestas a ayudar, puede ser la mejor opción para salir adelante.
Para tener mayor claridad en el planteamiento de las alternativas, conviene tomar nota de las estrategias básicas a utilizar; de esta manera, podremos dar un mejor seguimiento a los avances, así como realizar los ajustes pertinentes sobre la marcha.
La perspectiva siempre es relevante: aunque el obstáculo se presente y no se visualice la solución, conviene ver más allá y valorar qué cuestiones permanecen vigentes, activas y viables. Al hacer esto, valoraremos lo positivo, tendremos una perspectiva más objetiva del entorno y evitaremos estancarnos.